Secuelas del ictus
El ictus es esa palabra tan temida como sonada que se ha colado en nuestro vocabulario cotidiano, pero que, en muchos casos, aún no tenemos muy claro de qué se trata.
Sabemos que el ictus es un mal que afecta al cerebro, que tiene que ver con la circulación de la sangre y que cuando se produce, provoca daños en el funcionamiento de todo nuestro cuerpo, pero ¿qué tipos de secuelas tiene el ictus?, ¿cuáles son las principales secuelas del ictus? Son preguntas que trataremos de resolver.
Lo primero que hay que saber es que efectivamente el ictus es una alteración del flujo normal de la sangre en el cerebro, bien porque se produzca un coágulo y deje de circular por el vaso (ictus isquémico) o bien porque el vaso directamente se rompa y la sangre se derrame fuera de este (ictus hemorrágico). En cualquier caso, la consecuencia final es la muerte neuronal, lo que provoca fallos en el funcionamiento de nuestro organismo.
Todos sabemos que el cerebro es la "centralita" de nuestro cuerpo, el encargado de que todo funcione debidamente. Esto es gracias a las conexiones que existen en nuestra red neuronal
Cuando se produce un ictus, un gran número de neuronas se mueren rompiendo sus conexiones, destruyendo esa red neuronal, lo que provoca las famosas secuelas del ictus.
Tipos de secuelas del ictus
Las secuelas del ictus se pueden clasificar de la siguiente forma:
- Secuelas cognitivas del ictus: son aquellas relacionadas con la alteración de los procesos mentales como la memoria, la atención, las emociones, la capacidad de leer, comprender o hablar. Es muy habitual que tras sufrir un ictus las personas sufran pérdida de memoria, incapacidad para acordarse de los nombres, olvidan personas. También es habitual encontrarse con problemas de desorientación, tanto en espacio (no recuerda el camino a casa, no sabe donde está…) como en tiempo (no sabe que día es, no recuerda en qué día vive…). Algo muy habitual también son las apraxias o la incapacidad para recordar como se realizan algunas acciones cotidianas como vestirse, cocinar o comer.
- Secuelas físicas del ictus: quizás una de las secuelas más representativas del ictus sea la hemiplejia o hemiparesia. Esto es la pérdida de movimiento total o parcial de la mitad del cuerpo. Otras secuelas físicas del ictus son la espasticidad (alteración del tono muscular), pérdida de fuerza, falta de coordinación, pérdida de equilibrio, alteraciones de la marcha…
- Secuelas perceptivas del ictus: se entienden por secuelas perceptivas del ictus como la alteración o incapacidad de percepción de los estímulos del entorno. Es decir, nuestro cuerpo deja de recibir la información del medio que le rodea o al menos, no lo hace de manera normal. Algunas alteraciones perceptivas son los trastornos visuales, los trastornos de la sensibilidad y en muchos casos el dolor neuropático.
Cabe decir que es difícil enmarcar todas las secuelas del ictus en un artículo, ya que dependiendo de muchas variables (edad, sexo, tipo de ictus, tiempo desde que se produce hasta que es atendido…), la afectación será muy diferente en unas personas y otras. Pero, ¿existe un tratamiento para las secuelas del ictus? La respuesta es sí. En otro post hablamos de la neuroplasticidad y la capacidad de nuestro cerebro para recuperarse mediante la rehabilitación.
En ACD Rehabilitación estamos especializados en el tratamiento de las secuelas del ictus en todas sus fases, tanto agudas como crónicas. Por lo que a la pregunta: ¿pueden en ACD Rehabilitación ayudarme a mejorar tras un ictus? Efectivamente, podemos afirmar que desde ACD Rehabilitación ponemos a disposición del paciente las últimas tecnologías y los tratamientos pioneros para la recuperación de las secuelas tras sufrir un ictus.